Lo que ha sucedido en el último año ha sido desastroso para el desarrollo y crecimiento de nuestra región. Aysén es la única región de Chile que, técnicamente, está en recesión económica, acumulando dos semestres de decrecimiento en la actividad económica y diez años de PIB estancado. Además, es la peor región en ejecución de los recursos del Gobierno Regional. Por segundo mes consecutivo, ocupamos este lamentable puesto, con un paupérrimo 10.2% al 30 de junio. Ahora, el golpe de gracia lo da el aumento en las tarifas de energía eléctrica. La gente de Aysén será la más afectada por las alzas anunciadas para julio y octubre de 2024, y enero de 2025. Aysén pagará, con creces, la energía más cara de Chile.
La fijación de las tarifas eléctricas depende de una fórmula bastante regulada y compleja que agrupa los costos de generación, transporte y distribución de la energía. En Aysén, los costos de distribución superan en 11 veces los costos de Santiago, y este ítem representa hasta el 30% de la cuenta de la luz. Además, mientras que, en el resto del país, desde Arica a Chiloé, se cobra a los usuarios finales el promedio del costo de generar energía (que constituye el 70% de la boleta), en Aysén se cobra el costo directo de generación, que es más alto debido a la falta de economías de escala.
La primera alza en julio resultó en un aumento del 20% en la cuenta para una vivienda familiar, un 55% para una pyme y entre un 55% y 85% para la industria. En resumen, pagaremos un costo de $181 por kW/hora para una vivienda familiar promedio, el más alto de Chile (7.4% por encima del promedio nacional). Para el sector de las pymes, el costo ya alcanzó los $248 por kW/hora (16% por encima del promedio nacional).
Esto es un verdadero balde de agua fría para nuestros habitantes. No solo implicará tarifas más caras de energía eléctrica, sino también una inflación regional incalculable. Producir en Aysén será más caro, lo que trasladará esta alza a los consumidores y, obviamente, desincentivará la inversión, ya que los negocios serán menos rentables en la región.
Sin embargo, hay una luz al final del túnel. Hace unos días, los gremios productivos y dirigentes vecinales de Coyhaique y Aysén presentaron ante los cinco parlamentarios de la región dos propuestas clave que deben impulsarse desde el Congreso. De aprobarse, estas iniciativas podrían frenar la caída del crecimiento y desarrollo que la región ha experimentado en los últimos años.
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